Este domingo se cumplieron ocho años de la muerte de Prince Rogers Nelson, más conocido como “Prince”, una pérdida que conmocionó al mundo entero.
El artista nació el 7 de junio de 1958, hijo de Mattie Shaw, cantante de jazz y trabajadora social, sufrió mucho en la infancia debido a la epilepsia, el acoso escolar y el entorno familiar conflictivo.
Sus padres se separaron durante su juventud, lo que lo obligó a mudarse. Luego, no tuvo una relación muy buena con su padrastro, por eso se escapó y fue “adoptado” por la familia Anderson, sus vecinos.
Con el tiempo, Prince se convirtió en un ícono de la guitarra en Estados Unidos, con la cual musicalizaba sus canciones de funk, R&B, blues y rock.
Como todo músico popular, pronto tuvo un gran grupo de fanáticas. Entre ellas se encontraba Mayte García, a quien conoció gracias a un video que le llegó de ella bailando una de sus canciones.
A pesar de que tenía 16 años y Prince le llevaba 15, comenzaron a escribirse cartas con regularidad, hasta que le ofreció formar parte de su equipo de bailarinas.
Unos años después, en 1996, cuando ella ya tenía 22 años se casaron.
Además de ser la primera pareja oficial del talentoso cantante, Mayte luego sería quien le daría el primer hijo, que lamentablemente falleció de forma prematura como consecuencia del síndrome de Pfeiffer, una enfermedad que provoca graves malformaciones.
El matrimonio duró apenas 3 años, ya que luego de la muerte del niño, decidieron firmar los papeles del divorcio.
Todos estos sucesos, fueron disparadores que afectaron en la salud mental de Prince. A estos se les suman las graves lesiones que tenía en sus caderas.
Para calmar el dolor, el artista de Minnesota obtuvo una receta médica para acceder al fentanilo y lo consumió hasta caer en una sobredosis de la que no pudieron salvarlo.
El 21 de abril del 2016, encontraron a Prince inconsciente en el ascensor de su casa, pese a que ya llevaba varias horas fallecido.
Sin embargo, su legado sigue vivo en nuestros corazones, recordándonos que su música y espíritu permanecerán para siempre.